Rockambole será el espectáculo que, el próximo miércoles 8 de septiembre encienda el Teatro Plaza. La puesta está atravesada por la música de Los Redonditos de Ricota y el arte de Rocambole. A las 21:00 horas comenzará esta propuesta y las entradas ya están a la venta.
Esta obra de danza teatro fue creada por la bailarina Romina Vera y su inspiración surgió de la icónica banda del rock nacional y las creaciones de Ricardo Cohen, mejor conocido como Rocambole, su histórico director artístico y responsable de gran parte de su identidad gráfica.
Las entradas se pueden adquirir anticipadamente en la boletería del Plaza, de lunes a viernes, de 8:30 a 14:00 horas o, de manera online, haciendo click en https://bit.ly/EntradasRockambole. Se llevarán a cabo los protocolos sanitarios y de distanciamiento correspondientes.
Construyendo Rockambole: criaturas desbocadas y acordes inolvidables
La pieza nació hace aproximadamente cinco años, por la admiración de su creadora, tanto por las canciones del Indio Solari como por el trabajo del prestigioso artista plástico.
Esta combinación fue una fuente de gran inspiración para crear esta historia que rinde un homenaje a una de las bandas más influyentes del rock en español.
La línea argumental parte del emblemático disco doble “Lobo Suelto, Cordero atado”, editado en 1993, algunas otras canciones de la formación ricotera y temas de Los fundamentalistas del Aire Acondicionado.
Esta intervención del estudio de danza ERA está protagonizada por Matías Veliz y Catalina Romano y un cuerpo de cinco bailarinas.
En el guion original, “Partimos de la idea de que somos animales, lobos y corderos que se disputan el amor de un talismán”, comenta Vera.
A la vez, apunta que, en esta versión restaurada, debido a diferentes cambios en su manera de pensar y encarar el hecho artístico, “ya nos unificamos en un solo grupo donde todos queremos exactamente lo mismo, nadie comanda o es el líder de nadie”.
En esta arriesgada apuesta artística se palpita una vibrante perfomance de Street- Jazz, donde se fusiona la danza contemporánea con bailes urbanos. Se utiliza la danza acrobática, la interpretación y la expresión corporal para dar vida a una narración donde, si bien no hay texto, emergen la música y la puesta en escena como potentes maquinarias expresivas.
El resultado, es una propuesta vertiginosa que no da respiro, donde la plasticidad de los intérpretes logra crear diferentes imágenes colectivas, con una palpitante carga dramática, envueltas en climas opresivos de salvajismo contenido.